Deseo.

deseo....un invento del aire,
para rozarse mas a menudo.
Balcón de ventanas abiertas
a ilusiones que se mueren.

.... una hermosa palabra
que carga la pasión y el desenfreno.
Y eso que duerme en la mente...
soñando con besos contenidos.

... una espada afilada
que corta el freno de la espera.
Se desliza por las pasiones...
dejando las vergüenzas, sin trabajo.

... una mano tendida
sobre los sueños mas imposibles.
Aquellos que pienso, en primera persona,
siendo siempre en llegar, el último.

... saco de vanidad rota
al amparo de ideas locas, concebidas.
Dolor que muere cuando la realidad, toca
el gesto que nombra, la luz verdadera.

En la cercanía.

Foto de Titín





Me encanta cuando te ríes
mago del intelecto más sutil...
cuando alejas de tu mirada
ese frágil veneno que te entristece.

Me encanta cuando me pides amor
y cuando no me lo pides,
porque es, esa luz propia,
lo que me provoca tanto bienestar.

Solo que dejes caer, tu elegancia,
a veces sucia, a veces precisa,
con que el aire, se vicie con esencias,
para que todo sea posible y oportuno.

Y aunque vivimos en dos mundos diferentes,
para siempre, contenidos en amores,
nos anillamos en un vórtice maestro,
punto de encuentro de nuestras respuestas.

Agua.

Manta cosida de ambrosía
purifica su salto al cristal
y sirve para beber, como caldo
que calma la sed y el sufrimiento.

Elixir frenético, que nunca falta
jamás da y nunca quita,
néctar de Dioses para la vida,
licor cruel, para la muerte.

Brebaje que se consume
como jugo de la vida,
enfriando los licores del alma,
emporio de verdades recogidas.

En apariencia, cristal mojado,
donde nada dice el reflejo,
pero su luz desnuda, se esculpe,
como refresco, del color mas oportuno.

Una gota que sigue a otra gota
y endulza los paramos, con sus bajadas...
se recoge en sinuosos huecos y pozos
y descubre, su huida, siempre por el mar.

Tierra.

Todo terreno, formado de terrón,
como una lengua de cantos llorones,
vive de amores oportunos
sobre barros que vienen y van...

Tanto adoquinado perpetuo
calle de Dioses y hombres
que ven, al tiempo, paseando
por siempre jamás, sin cambios.

Paraísos dispuestos por carreteras
en comunión, formando el mundo...
de firme amplio como los pecados
y pavimento, duro, como la muerte.

Suelo de sangre y vidas nuevas
almas en las piedras, que forman el camino
Es sin mas el cuadro de la vida...
pintado, siempre, desde el suelo.

Aire.

Sin actitud no hay ademan...

Es el sustento del ambiente,
atmósfera de grumos respirables,
donde el clima es señora
y el espacio... pomo infinito.

Sin gesto no hay aspecto...

Marea en brisa silenciosa,
de corrientes ambiguas,
como canciones entre vientos
o melodías musicales al son
de una tonada en movimiento.

Sin porte no hay postura...

Moléculas sobre espacio contenido
susurros al sol, en torpe movimiento,
la espada del silencio, junto al tiempo,
empujones de brisas y vientos...
para cortar la cara, con el frio.

Fuego...

Suena una andanada de truenos
y la descarga bate el silencio
su bronco ronquido, hueco,
salva al despierto del sobresalto.

Tras él, el trazo de un rayo,
aparece, como brasa incendiaria,
como candil generoso de luz,
o pira caliente, gozo de dioses.

Comienza, la hoguera, a sentir
la llama perpetua de las mil formas,
nace, para dar sombras a todo,
sobre lumbre que mueve el viento.

Y sobre este faro perpetuo,
la flama, calienta la piel del campo
y su luz, que alimenta el sueño,
tambien despierta los temores.

Depresión.

Después de consumir abatimiento
desojo mi aflicción con hojas de congoja
lamento mi consternación
me envuelvo en mi desconsuelo
y me ahogo en la desolación
alma ya, del mayor disgusto.

Y este entristecimiento
marca, en una pena,
la maldita pesadumbre
olor a acíbar y a aloe
amargura de todos los momentos
hiel en todos los encuentros...

Me muero por la añoranza
visto con lobreguez
canto "dulce melancolía"
versos estos, sin fe ni nostalgia,
pues la pena, inunda el corazón
y los besos que quedan son de pesar.

Lejos

Foto de titin














Sobre una sombra atrapada
el cristal de la mirada hundida,
corta el frio que refleja
una huida, del lugar que deseaba.

Algo más hay, para descubrir con agonía
que leyendas, entre mapas y lugares,
sorprende por su efímera empatía
la distancia final, entre dos mares.

Quien niega, al definir las prioridades
el tesoro, que se esconde tras la huida,
camino de lo incierto y perturbante
vereda que en la vuelta, mata el día.

Donde estas dulce veneno imaginario
embistiendo, con preguntas, este viaje
ya conoces las respuestas y el secreto
de volar alzado, ligero de equipaje.

Y en la inherencia del acto posesivo
ojea y reconoce, sobre el camino,
el lugar donde se esconde la distancia
ya capricho, apartado, del destino.

Ya no miraré nunca, para atrás,
buscando entre lo humano, lo divino,
me vale con un té a media tarde...
no me quiero alejar, mas, del camino.





A distancia, apartado, separado,
remotamente...