viernes, 26 de junio de 2009

Los dos lados del espejo

Cuando me quedo solo, pensando,
y vuelo entre ideas, de todos lo tamaños,
no encuentro en mi imagen nada malo,
si miro a través de tus ojos, cansados.

Si recuerdo, un instante, en que coincidimos
me quedo sin saber, como perdido ,
a no ser que deje que sean tus pensamientos,
los que me digan por donde nos movimos.

Tal vez en un descanso, con mis manos
describa en el espacio tu contorno
jugando con sentir tu figura sobre el aire
algo que tu concretas sin esfuerzo, mirando.

Siento que si te tengo de cara, respirando
tu pecho, absorbe todos mis movimientos,
y tu mirada, crecida, me recubre...
de gestos que dan cuerpo a mis gestos.

Ahora aparece la igualdad entre miradas
me veo reflejado, en el cristal del pensamiento,
sufro los colores de tus deseos
y me vuelvo, el otro lado del espejo...

jueves, 25 de junio de 2009

tu y yo y el tiempo detenido

Cada nota, cada paso marcado
ejerce sobre mi lamentos y cordura,
siento que los besos que te di
son del sol que calienta mis inviernos.

Solo me detengo en la morada
goce trebejo del dulce sueño
aquel lugar, secreto, que descubre
como el tiempo se detiene sin rozar.

Hasta alli me dejo hilar, por los hechos
me vuelvo calceta de deseos
nudos locos sobre un ovillo multicolor
que se niega a desenrrollarse.

Somos el frio y el calor constante
un descenso vertical de la dulzura
corazones dibujados en la arena
espuma de las olas en transcurso.

viernes, 5 de junio de 2009

Me rompo en pedazos...

Del amor al odio solo hay un paso
mi primer pedazo...
y del odio a la desesperación, uno mas.
De las caricias y los besos, a la mirada enferma,
solo un no, como respuesta,
otro pequeño pedazo...
y del no al llanto, un suspiro.

Que merezco, me pregunto infinitamente,
cuando no paso del amor,
y los que me rodean se atascan entre el odio y el llanto.

Por nada deseo sufrir abiertamente,
soltar todas las piezas desencajadas
sin ocupar el tiempo de alguien que me escuche...
Es grande mi pena, como todas las penas,
pero yo sufro la marea de la mía, cargada,
del tracto sufrimiento del otro...

No puedo resistir en este hoy,
el dolor que me hizo el ayer,
y que fijó la ruta de mi mañana próximo,
pedazos y pedazos esparcidos,
lejos de la letra atroz, denominada amor,
la mas suntuosa de las palabras deseadas.

No quiero mañanas, quiero el ayer cuando te tuve,
entre mis brazos de cristal,
sobre la cripta de aquel santuario fatuo,
colonizado por un amor verdadero. Verdadero...