sábado, 22 de septiembre de 2012

Una botella dormida sobre la arena

Nada se escribe con tanta pasion
como versos escritos en papel,
amigos, hermanos y prisioneros
del cristal, vitreo, de una botella.
Sus dulces letras emmancipan
el claro deseo, contenido por amor,
de tranportar la inocencia anhelada
hacia la leve luz que lo ampara.
Por eso, duerme, en cama de cristal
y se vuelve barco mensajero,
que divide las aguas y las organiza, 
viajando al son de las corrientes
para esperar que el tiempo, deje ver
en su descanso, el secreto que contiene.
Y con el brillo de esperar, amanecido,
la suerte de hallar, dicho recipiente,
hundido en la playa, sobre su arena... ,
es mas, incluso, que amar entre locuras.
Alli nace la leyenda inacabada...
los besos que en el interior se aprietan
y los sueños que duermen sobre si,
solo esperan que alguien se de cuenta
que todas esas letras que se sienten secretas
han pactado, en silencio, ser solo leidas
cuando la mar se echa atras para dormirse
dejando en cuna de arena, el mensaje a la deriva.
Nada hay mejor que un correo que llega
a la vez, navegante, a la vez amigo de las aguas
paciente vidriado de soledad infinita
solidario, seco y enjuto aliado del deseo.