miércoles, 13 de julio de 2011

Pensamientos, tras su muerte.

Cada vez que me entero
que uno de mis soles se apaga
siento un despertar tortuoso
como tiron, de alguno de mis huesos,
extraccion que ennegrece mi vida.

Y es que, cada vez que he de enterrar,
con la cabeza y la mirada vencida...
a alguien digno de ser querido
muero por partes, desde el altar,
en este lado del cristal compartido.

Cada vez que he de mirar un cuerpo inmobil
de donde ya no salen dulzuras
me preña el vacio mas angustioso
porque me han robado, con su marcha,
aquellos recuerdos que me dieron.

Y es que, cada vez, es mas duro despedirse,
sentarse en el banco, esperando al sol,
...notar que la compañía es escasa
sobre un otoño que se hace mas largo
y un hueco, que deja la falta de palabras.