Hay sombras, que no tienen
luz que las proyecte...,
y soles, sin sombras de cobijo.
Pero entre sus manos
el universo baila, contenido,
planchando desde la inocencia
los "atos" de una cultura de la vida
....realmente diferente.
Y sobre esas sombras invisibles,
sus manos acarician pelos,
sintiendo como briznas
y como cuerdas sonoras
la aflicción generada en su pasada,
cuando sus dedos deslizan tantos cabellos
y el credo crepuscular, crea el encanto.
Es allí, donde el manantial nace ...
a la sombra de la luz que tanto ansia,
el sol muere en el morro del cobijo,
y los dedos, bailan juguetones,
al son del placer nada vivido
dentro de la espiral del sentir,
mas ufano que profuso,
el amparo de estar viajando
por otros mundos, sin apenas moverse.
Este apartado es un trozo mio que dedico a mi hermano y amigo Víctor, con quien conversar es como practicar la caída libre, siempre vertiginoso, atrevido y de remordimiento enganchante.....
miércoles, 20 de marzo de 2013
martes, 5 de marzo de 2013
Por entre los sueños...
Todo llega, porque todo parte
y sobre la lentitud que implica
nada es para lo que trae...
Vive como una incomodidad
que deshilacha, por dentro,
el fervor decapitado de la existencia,
muriendo y reinando, al tiempo
en el que se nace vertiginosamente
sobre la luz que nos recoge.
Todo llega, porque todo parte
con la tendencia que nace
paseándose primero , por dentro.
Su espera, es casi su fin constante
entre cabos anclados a un fondo
que sustenta la soledad del sueño
hasta que el nudo se desancla
y la furia de lo contenido
desata lo pedido entre la normalidad.
Entonces llega lo que parte
y en su avenida, arrastra lo que había
dejando errático el presente...
y sobre la lentitud que implica
nada es para lo que trae...
Vive como una incomodidad
que deshilacha, por dentro,
el fervor decapitado de la existencia,
muriendo y reinando, al tiempo
en el que se nace vertiginosamente
sobre la luz que nos recoge.
Todo llega, porque todo parte
con la tendencia que nace
paseándose primero , por dentro.
Su espera, es casi su fin constante
entre cabos anclados a un fondo
que sustenta la soledad del sueño
hasta que el nudo se desancla
y la furia de lo contenido
desata lo pedido entre la normalidad.
Entonces llega lo que parte
y en su avenida, arrastra lo que había
dejando errático el presente...
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