viernes, 30 de octubre de 2009

Soledades.

Sobre la compañía inerte
aquella que confunde soledades,
siéntate cerca de la ventana.

Busca lentamente aquellos rayos
soportes de los buenos recuerdos
relajo de un espíritu perdido.

Anda, camina por la sala que mas amas
búscate entre tus cuadros...
entre las hojas de tus plantas.

Anda, camina mimosa sobre tus fieltros
tira de la manta, si quieres,
divide el mundo entre tus pasos.

Hay mas al otro lado de la puerta...
pero es cierto que hay veces
que lo que hay dentro es perfecto.

Si quieres, sal; solo para ver,
para disfrutar del otro paraíso
para sentir el sol, que tanto dá.

Pero luego vuelve y búscate
es seguro que en el encuentro
es donde dejaste la felicidad.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Es en esos momentos, donde la soledad se instala sin invitarla,cuando retorcemos lo bueno y lo malo.
Amargas letanías golpean los sentidos del pensamiento, sin licencia, sin tregua,y se traducen en un suspiro exalado.... de lo más profundo del alma.

Desvanecerse dijo...

Lo divergente se exclama con malicia, pero solo es desconocimiento de lo que puede sentir otro corazón.
El alma no piensa.
Besotes
Manino

Anónimo dijo...

Un zaguán en penumbra una puerta entornada,
una luz que ilumina la estancia vedada,
es un patio con flores quizá
un estanque con peces quizá
el letargo de una enfermedad,
un pasillo de adobe quizá
una espera de meses quizá
un instante de felicidad.

Una puerta que lleva a una puerta
que lleva a otra puerta
que esconde un secreto
una puerta que guarda celosa
la íntima esencia
de todo misterio.

Es un horno de leña quizá
un mirar emotivo quizá
un momento de sinceridad,
una niña que sueña quizá
la pasión y el olvido quizá
o la angustia de la soledad.