miércoles, 5 de diciembre de 2007

De madrugada ...(II)





Ni tan siquiera queda alma para ruidos
estos solo cabalgan en silencio
apretados tanto, que no suenan
y juegan a asfixiarse, entre charlas huecas,
sumando barros y desechos,
cargando con las penas impropias
del letargo al que se apunta
esta historia, historia de mi vida,
vacía, vacía por momentos...

Algo mas que el esfuerzo, se cansa;
son aquellas ilusiones perdidas...
lo que fue ya no vuelve vivo
vuelve, como el golpe de un martillo
sobre un dedo herido
y deja sangre para recordarlo
y paciencia para no perder la cabeza de golpe...

Es en si un momento
el que perfuma el ser
pero si sufre el descontento
que mas da si yo no siento
lo que mi corazón ve.

Cumplo mi tarea en esta vida
me trago la injusticia, lentamente,
tapo mi dolor tras una seda
no miro del total, lo que me queda,
me convierto en queja impenitente.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Sería de pecador catar lo prohibido, sin embargo, todos pecamos porque aunque no lo toquemos, los soñamos y lo sentimos.
Preciosa
Besos
Manino