Alguna vez he observado
el transito oscuro de la espuma sobre la arena,
sentado cerca de las olas, en un día acabado.
Y de su recuerdo me permanecen
los brillos cristalinos que se forman
y las idas y venidas de las olas,
con su murmullo ligero, lleno de sal.
Parece que empieza el momento de escuchar
ese universo lento y descansado,
dejando que las aguas mojen los pensamientos.
Y la vista, dormida sobre el horizonte,
cambia toda una vida, por un instante de paz,
olvidando en el transcurso, que algo más existe,
que no sea un mar tan cercano como extenso.
1 comentario:
Ya que no te leo como debiera, presumo de saber que lo que me no solo eta bien, porque los genios solo crean genialidades.
Besos
Manino
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