miércoles, 19 de junio de 2013

Destino, mi corazón agotado...

Voy a echar de menos tantas cosas...
que me olvido de pensar en lo que viene
mi consuelo es recordar tiempos pasados,
dulce transito hacia la desesperanza.

Siento que me pierdo entre nubes de seda
con ojos de sangre, llenos de hastío,
llorando lagrimas, por caricias aventadas
sobre un aire empujado, desde la montaña....

Y en el desvarío, no queda mas remedio,
sentado sobre mi voluntad adulterada,
que ver, el hueco que dejan las espadas
a los verbos duplicados por demonios....

Tanto me cuesta expresarme en dulce
por ser tan desgarradora mi despedida
que son aquellos quejios aberrantes
los únicos presos, encerrados, que me alagan.

El tiempo, certero, pasa tan deprisa
que me cuesta leer sobre mis arrugas,
la doma de carne trémula que me queda,
transcurso que su paso, me ha formado.

Y que soy, sino calcio envejecido
sometido a jirones y jirones de nostalgia
en un atardecer continuo y oscurecido
talismán. de un cuerpo, el mio,  ya acabado.

Viajo en el último vagón del último tren,
no tengo mas billete que el de ida
y los recuerdos, esos que ahora crecían,
se deshacen por las vías de la vida.

Allá donde me dirijo solo,  nada hay
nada que preguntar, nada que contestar,
así que cuando llegue, solo seré nada,...
sin sorpresas, ni dolores, ni alegrías.

Me presentare, terciado, sumiso, desgastado,
quedare expectante, como figura de sal,
y mi tristeza surgirá, pensando en el olvido
de recuerdos insalvables, nacidos a mi paso.


1 comentario:

Desvanecerse dijo...

La muerte es algo que no debemos temer porque, mientras somos, la muerte no es y cuando la muerte es, nosotros no somos. Antonio Machado (1875-1939) Poeta y prosista español.

La muerte menos soportable es aquella que no nos mata a nosotros, sino aquellos a los que amamos.

Besotes
Manino