miércoles, 9 de mayo de 2012

Cuando en ti pienso.


Como me gusta recibir los besos de tu boca
aunque tengan sabores encontrados en el camino
al amparo de otros besos que fueron recibidos...
alli, donde la sorpresa se desvanece.

Y soñar con caer, sobre el colchon de tus labios,
dando de si el  impetu que tanto me obliga
que no es desden fugaz sino deseo
pasajero momentaneo, del sueño imaginable.

Tal es la tendencia hacia tu ser lisonjero
que mudo mis espantos por otros nuevos, 
y salgo del ovillo de un beso, hecho mariposa,
deslizando mis alas en el final de tus aromas.

Sobre las turbias nubes de los deseos
que son aquellos que me hablan a escondidas
ando en secreto flotando, cortando ideas
que forman mi brujula navegante...

Que me das, que tenga tanto veneno,
por donde me pasa esa ingravida voz,
me deja, surco y quicio, sobre una niebla de aromas
y me arrebata la lejanía con la que te recuerdo.

Y el crepusculo de esos sueños inválidos
crepitan al atardecer, en un balde viejo,
llevandose las cascaras de lo perdido
y las pepitas de lo que pudo existir..

Ya solo quedan deseos, muchos eso si,
regalos tenidos con imprudencia y angustia
y sacados de un muro de besos despertados,
construidos, sin etiqueta, a corazón abierto, para ti.


1 comentario:

Desvanecerse dijo...

Un beso se da con amor, pero el amor no se da con tan solo un beso.

Besotes
Manino