A veces soy como la esponja
que lleva, en la deriva del mar,
toda su corriente de regreso.
Y por eso me dejo mecer,
flotando, sobre la superficie
de los dolores mas inoportunos.
Abrigo mucho, porque mi abrazo
cuece el fresco y calienta la memoria,
tanto como para formar el sueño.
No me limito a ser feliz...
condeno a todo el que quiero
a hacerlo, sobre el infinito.
Debería de dar siempre, pero,
soy humano entre humanos
y solo respeto el reposo final.
Como no había de amar tanto,
casi de forma indiscriminada,
si recibo mas de lo que doy.
Por eso dejo entre letras
este beso agradecido, para todos,
esos, que siempre me dieron...
...esos, que siempre me dan.
1 comentario:
El bonito diálogo del beso deja marcadas las notas de una canción recitada en el corazón, que abre los caminos hasta llegar al amor.
Soy de los afortunados que lo recibe, aunque no corresponda de la misma manera, ya que siempre busqué robarlos, pero he de reconocer que el primero te lo di con los ojos y que se me hará imposible darte el último.
Te quiero.
Besotes
Manino
Publicar un comentario