domingo, 10 de enero de 2010

Depresión.


Después de consumir abatimiento
desojo mi aflicción con hojas de congoja
lamento mi consternación
me envuelvo en mi desconsuelo
y me ahogo en la desolación
alma ya, del mayor disgusto.

Y este entristecimiento
marca, en una pena,
la maldita pesadumbre
olor a acíbar y a aloe
amargura de todos los momentos
hiel en todos los encuentros...

Me muero por la añoranza
visto con lobreguez
canto "dulce melancolía"
versos estos, sin fe ni nostalgia,
pues la pena, inunda el corazón
y los besos que quedan son de pesar.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

EL ESPANTAPÁJAROS

-Debes de estar cansado de permanecer inmóvil en este solitario campo- dije un día a un espantapájaros.
-La dicha de asustar es profunda y duradera; nunca me cansa- me dijo.
Tras un minuto de reflexión, le dije:
-Es verdad; pues yo también he conocido esa dicha. -Sólo quienes están rellenos de paja pueden conocerla -me dijo.
Entonces, me alejé del espantapájaros, sin saber si me había elogiado o minimizado.
Transcurrió un año, durante el cual el espantapájaros se convirtió en filósofo.
Y cuando volví a pasar junto a él, vi que dos cuervos habían anidado bajo su sombrero.

Desvanecerse dijo...

"No hay nada imposible, porque los sueños de ayer son las esperanzas de hoy y pueden convertirse en realidad mañana." - Anónimo-

No he dejado de creer en ti.

Besotes
Manino