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La piedad...inunda
esa maldita calma.
regalo de paz, al corazón,
que ata un nudo de espantos.
Como red de engaño que atrapa
forma un sueño que juega a dios,
Para encerrar a uno,
y dejar vivir al otro.
Un amor, que se desespera
y llora por las esquinas, roto.
Por donde torpemente perdonan
pecados que nunca fueron.
Y si, al mirar dicha torpeza
uno se ve a sí mismo
conviviendo con sus verdades,
pálido, turbio y temeroso...
Y si se es ser... entre las dudas
Ser piedad, es morir antes,
sin nada mas en las manos
que dedos llenos de intenciones.
Piedad como esfuerzo sin premio
Sin sombras en los recuerdos.
Sin gritos, sin perdón, sin nadie,
Solo besos que tropiezan en el aire.