Me imagino el mar bravo
olas hermanas que suman y rompen
y otras no tan bravas que bajan.
Por debajo, a pocos metros,
un mar de fondo asustado que confunde
donde todo nota la tormenta.
Por encima, un pescador calado,
luchando para abarloar certero,
rumbo de puerto, con nudo en los higadillos.
Porque el mar es lo que tiene
que cuando se aparece y brama
no hay centímetro baldío.
Ni lugar oscuro que se libre
de la sal golpeando el sentío...
moviendo hasta la luz que circunda.
Este apartado es un trozo mio que dedico a mi hermano y amigo Víctor, con quien conversar es como practicar la caída libre, siempre vertiginoso, atrevido y de remordimiento enganchante.....
viernes, 16 de octubre de 2015
sábado, 3 de octubre de 2015
Miedo de irme
A medida que pasa el tiempo,
como calor consumido, que lleva al frió,
confío, en que el espacio que me espera,
en el universo, sea apacible y tranquilo.
Que con sus dulces claroscuros,
las sombras, solo me traten la fatiga,
dejando atrás, a modo de recuerdo,
ese cuadro imaginario sobre otros testigos,
Soldados, que aun no pasean sus despedidas
por el mismo hueco hosco por el que escondo
mis luces y mis sombras ,sobre el oscuro
anhelo, de haberme quedado vespertino.
A medida que me resigno a no estar
me alejo del vivir cercano, sin destino
sobre un tren en el que llevaba montado
todo el tiempo del mundo, el consumido.
Ahora si tengo miedo de no repetir los días,
de no tener ni calor, ni experimentar frió
de ser sombra y gas, en un mundo de luces
de olvidar lo recibido y de ser parte del olvido.
Miedo de no sentir, ni sentirte amada mía,
porque al irme, sobre los aromas aprendidos,
nada tuyo me queda, para llevarme,
a espaldas del embrujo de tanto amor contenido.
como calor consumido, que lleva al frió,
confío, en que el espacio que me espera,
en el universo, sea apacible y tranquilo.
Que con sus dulces claroscuros,
las sombras, solo me traten la fatiga,
dejando atrás, a modo de recuerdo,
ese cuadro imaginario sobre otros testigos,
Soldados, que aun no pasean sus despedidas
por el mismo hueco hosco por el que escondo
mis luces y mis sombras ,sobre el oscuro
anhelo, de haberme quedado vespertino.
A medida que me resigno a no estar
me alejo del vivir cercano, sin destino
sobre un tren en el que llevaba montado
todo el tiempo del mundo, el consumido.
Ahora si tengo miedo de no repetir los días,
de no tener ni calor, ni experimentar frió
de ser sombra y gas, en un mundo de luces
de olvidar lo recibido y de ser parte del olvido.
Miedo de no sentir, ni sentirte amada mía,
porque al irme, sobre los aromas aprendidos,
nada tuyo me queda, para llevarme,
a espaldas del embrujo de tanto amor contenido.
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