Se murió, mi sauce, lentamente
dejó que sus raices se soltaran,
que su corteza, cayera suavemente
y sus hojas perdidas, volaran.
Se murió sin decirme la respuesta,
su secreto, inmobil y sereno,
se llevó, su paz amortiguada,
una duda que dejó sobre el terreno.
Y me dejó sin contarme los detalles,
sobre el frío de la noche y sus silencios
ya no quedan pensamientos generosos
todo queda en el interior del muerto.
Ni una sola palabra en despedida
ni un adiós compartido con un llanto
ni palabras perdidas en los miedos
ni una queja al marchar, en su partida.
Solo leña ... sobre el suelo, desmembrada.
1 comentario:
Solo un poeta como tú puede dar vida a las palabras.
Preciosa.
Besos
Manino
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