sábado, 16 de mayo de 2015

Sin entender la tristeza.

Me he perdido entre los huecos que abren,
esos vacíos diarios
que son como la nada y el todo.

Y sobre esas oquedades nuevas
que anuncian nuevos espacios
aparecen infiernos infinitos,
que rompen el sonido.

Entre este nuevo laberinto
son mis lagrimas las que forman
ese barro de sospecha
que tanta pena me sostiene.

Me he perdido y he encontrado
mi tristeza, por verme sin remedio,
en el espejo de la apatía...
malos zapatos para mal camino.

Y sin remedios que sujeten dichos pasos
cual alazán desbocado de vida,
mi tiempo, se desborda sin control
sobre una batea seca de segundos desechos.

Ya no hay remedio que sujete
aquello que cabalga sobre mi vida
haciendo con su trote, camino.